The Huffington Post

3 MOTIVOS PARA NO SER VEGETARIANOS

12/07/2014 - 12:00 am

Ellen DeGenres, Bill Clinton, Usher, Natalie Portman, y ahora hasta Jennifer Lopez… cada vez son más las figuras prominentes que se vuelven vegetarianas o se pasan al veganismo. Seguramente sus nombres te inspiren a explorar este tipo de dietas, y tal vez dejar la proteína animal de lado sea una opción válida para ti.

Pero para que el cambio sea positivo y duradero vas a necesitar hacerlo por motivos de convicción y no solamente porque esté de moda. Aunque no lo creas, existen motivos erróneos para cambiar tu dieta.

Si aún dudas, te brindo aquí las principales creencias falsas por las cuales no debes volverte vegetariano:

1. La dieta vegetariana es más sana.

Si bien es muy cierto que una dieta sin productos animales tiene todo el potencial de ser excelente, la realidad es que se puede ser vegetariano sin necesidad de tocar un vegetal en años.

Por ejemplo: tomas un café y tostadas de pan blanco con mermelada de desayuno; comes espaguetis para el almuerzo (con mucho pan); un pastelito de merienda, y para rematar hay hamburguesa de soja con papas fritas para la cena. Ni una hojita de lechuga a la vista.

Lo que suele suceder es que, para muchas personas, el foco en dejar de comer carne es tan grande que se concentran en comprar productos que la sustituyan y se olvidan de los principios de una dieta balanceada.

Si tú consumes gran cantidad de frutas y verduras con cantidades reducidas de productos animales, puedes tener una dieta más saludable que si comes comida chatarra, por más vegana que sea.

2. La dieta vegetariana me va ayudar a bajar de peso.

No necesariamente. Esta creencia es errónea por dos motivos: primero, como acabamos de decir, una dieta vegetariana puede ser una dieta de comida chatarra. Y segundo, cuando lo que buscamos en el veganismo es un sistema de pérdida de peso, estamos confundiendo “estilo de vida” con “dieta”.

Una dieta es algo restrictivo y puntual, que al menos en teoría dura un número finito de días (por ejemplo, hacemos una dieta de desintoxicación hepática por una semana). Por el contrario, un estilo de vida no presenta restricción temporal, sino que se refiere a nuestros hábitos diarios, y cómo dichos hábitos reflejan nuestra forma de pensar y de relacionarnos con nuestro entorno.

De acuerdo a estas definiciones, pues, podemos comprender que el vegetarianismo y el veganismo son estilos de vida, no dietas. Si solamente quieres pasarte al campo vegano para bajar de peso y sin las consideraciones sociales que dicho estilo de vida implica, lo más probable es que abandones la “dieta” apenas llegues al peso deseado, o cuando no puedas resistir más el aroma de una barbacoa.

3. La dieta vegetariana es moralmente superior.

Éste es tal vez el argumento más acalorado. Desde un punto de vista de impacto medioambiental y compasión con los animales, las dietas vegetarianas y veganas tienen el potencial de transformar el futuro de nuestro planeta. Pero creeros moralmente superiores a los demás basándonos en qué ponemos en nuestro plato no es signo de compasión alguna o de espiritualidad elevada.

Si te quieres pasar al veganismo para crear un mundo mejor y seguir tu camino de desarrollo personal, es preferible que lo hagas inspirando con tu ejemplo que criticando con rigidez y falta de tolerancia.

Ahora que has leído las creencias erróneas más comunes en torno a este tipo de estilo de vida, te invito a reflexionar sobre las bondades de una dieta vegetariana balanceada, en armonía con tu cuerpo y con el resto del planeta. Si logras dejar la proteína animal por motivos de convicción reales, lo más probable es que lo tuyo no sea solamente otra fase pasajera y logres un cambio positivo duradero, independientemente de si a Jennifer Lopez se le pasa la moda.

 

VERDURAS QUE NO DEBES GUARDAR EN EL REFRIGERADOR

PAPAS
Los refrigeradores son demasiado fríos para las papas y provocan que sus almidones se conviertan en azúcar. Esto los hace algo dulces cuando se cocinan y no de buena manera. Esta azúcar extra también provoca que las papas se oscurezcan prematuramente al cocinarlas, haciéndolas menos apetitosas. Lo recomendable es guardar las papas en un lugar oscuro y seco. Guardadas de esta manera pueden durar frescas entre una a tres semanas.
TOMATES

Los tomates también tienen una mala reacción al frío: se vuelven suaves y blandos. Cuando se refrigeran las membranas de las paredes celulares se dañan, lo que crea una textura granulosa. Los tomates de deben guardar en temperatura ambiente, fuera de la luz solar (lo que puede madurar la fruta de manera despareja) y con el tallo hacia arriba para evitar los golpes.

CEBOLLAS

Las cebollas, al igual que los tomates se vuelven suaves en el refrigerador y estas siempre saben mejor cuando son crujientes. Las cebollas también tienen la tendencia de impartir su sabor a las otras verduras cercanas. Lo ideal es mantener las cebollas en un lugar seco y cálido hasta que se parten. Una vez partidas, las debes guardar en el refrigerador, cubiertas. De esta manera durarán unos días.

 

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